Turismo en tiempos de Coronavirus
No hay mejor sensación en la vida que recibir un muchas gracias.
Hay algo que tiene que quedarnos muy claro como trabajadores de turismo y es lo siguiente: Nosotros somos los creadores de experiencias; El mar puede estar precioso, puede ser un lugar increíble, paradisíaco, puede ser la actividad que el huésped siempre quiso hacer, pero todo esto sin servicio no es nada.
El coronavirus llegó para enseñarnos que los trabajos que nosotros realizamos realmente son temporales. Hoy los tenemos, mañana quien sabe, y tenemos tanto miedo de perderlos porque no sabemos qué es lo que vamos a hacer después, pero, cuando los tenemos, los despreciamos y renegamos alegando tener el peor trabajo del mundo cuando realmente no es así.
Con la contingencia más del 75% de los habitantes de Cancún perdieron sus empleos ya que se encontraban relacionados directa o indirectamente con el turismo.
Hemos aprendido nuestra lección. Y ahora todos nos damos cuenta de que CUALQUIER trabajo es el MEJOR. Nuestras expectativas financieras se han limitado, nuestras necesidades han cambiado, nuestras metas se han visto inconclusas. Todo eso y mucho más es lo que el coronavirus ha provocado en el mundo humano.
La gente no quiere dejar de viajar, pero es nuestro trabajo brindarles la confianza que necesitan, tenemos que estar preparados, tenemos que estar contentos, demostrar que viajar es y seguirá siendo lo mejor del mundo y así como nos agradecen, agradecer nosotros también por elegirnos.
Actualmente, en la “nueva normalidad” 39 hoteles de Cancún han vuelto a abrir sus puertas y han recibido con los brazos abiertos a los turistas que llegan poco a poco dispuestos a olvidarse de todo lo pasado y volver a la normalidad. Cancún se encuentra al 11% de la ocupación hotelera con menos de 15 días de haber abierto. Las playas se encuentran aún cerradas para las personas locales previniendo la dispersión del virus sin embargo se les está permitiendo, y brindando prioridad a los turistas quienes ya pueden disfrutar de las playas y de algunas actividades recreativas, todas manejadas como es debido, siguiendo los protocolos de seguridad y las medidas de higiene.
Los artistas viven de aplausos, al menos yo, en turismo, vivo de sonrisas, me inspira el ver que la gente confíe en lo que le ofrezco, que la gente recuerde mi nombre y agradezca personalmente el servicio ofrecido, ¿porque no?, una propina dada de corazón, un comentario en trip advisor, a veces todo eso vale más que el propio salario.
Los trabajos en donde he sido más feliz es en donde he sido una herramienta para la persona que contacta conmigo y, en donde, mis propias manos han “cumplido” con el sueño de una persona.
No se que sera de mi dentro de 5 años, no estoy segura de seguir trabajando en turismo, pero el haberlo hecho alguna vez servirá de herramienta en el futuro para cualquier otro trabajo que realice.
Hay momentos, situaciones y personas que me daré el lujo de recordar siempre.
Creo que no hay mejor momento para trabajar en turismo que hacerlo en tiempos de coronavirus o post, consideró que aquí es cuando, y vuelvo al ejemplo de los artistas, dejamos el corazón en todo lo que hacemos y por ende, el huésped recibirá ese furor, esa pasión y tendrá las mejores vacaciones de su vida.
Por C.S. Malo